Querida Consuelo:
Te has ido detrás de nuestra amiga
Estrella, y no me habéis esperado, quizás queríais allanarme el
camino para cuando me toque emprender el viaje, pero habéis corrido
tanto... que siento vuestra orfandad.
Queridísima amiga, has sufrido mucho
en esta vida, pero has tenido la suerte de tener una familia y muchos
amigos que te han querido y siempre te querrán, y a los que tú has
amado incondicionalmente.
Mi querida 'cucharera', mujer noble de
Pedro Bernardo, balcón del Tiétar, que hoy llora tu ausencia. Desde
la humildad, fuiste grande en tus principios y valores. Ávila,
tierra de Santa Teresa, te otorgó toda la bondad de la que tú
derrochabas a raudales, siempre dispuesta a ayudar y tender una mano
amiga a quien lo necesitaba.
Mujer con coraje y valentía. Fuiste
una de las pioneras en la lucha por defender los derechos de las
personas afectadas por la polio, que quizás no supieron, no supimos
estar a tu altura, ni agradecer lo mucho que hiciste por nosotros.
Creíste en la unidad del colectivo y creaste con mucha ilusión la
FEAPET (Federación Española de Asociaciones de Polio y Efectos
Tardíos). Pero tu labor no tuvo fronteras, desde la OMCETPAC
(Organización Mexicana para el Conocimiento de los Efectos Tardíos
de la Polio) trabajaste para difundir sus objetivos en Iberoamérica.
Mujer vital de fuerza arrolladora y
corazón de niña, de todas tus virtudes y cualidades, me quedo con
tu alegría y esa risa franca y sonora, tu sello de identidad. Amiga,
nos enseñaste que, a pesar de las adversidades, la vida bien merece
la pena vivirla.
Querida amiga, hago mías las palabras,
que un día escribieras en tu blog, allá por 2016:
“A este mundo le hace falta amor,
esperanza, compromiso, y si cada día nos sumáramos más personas a
formar un mundo más sensato, más justo, más tolerante y menos
violento… juntos podríamos hacer un mundo mejor para los que
vienen detrás.
Para cambiar, o transformar la
historia, se necesitan hombres y mujeres que sean capaces de ponerse
de pie, y de levantar la voz para defender sus ideales.
Y es que, al final, lo que
verdaderamente importa no es mirar de dónde vienes, sino fijar la
vista hacia dónde quieres llegar y poner en ello el corazón.”
Esa eras tú, mi querida Consuelo Ruiz.
Esa eras tú, mi querida Consuelo Ruiz.
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